miércoles, agosto 27, 2008


Tus ojos, podían mostrarme que todo tenía paz
mostrarme que la tranquilidad se escondía
en un rincón mas cercano de lo
que yo creía… tus ojos podían alumbrar
la oscuridad de mi soledad.
Las mañanas eran más tibias y las noches
mas llenas, bastaba tus buenas
noches y mis buenos días, bastaba escuchar
tu voz, a la distancia, para que mi corazón no
te extrañara, bastaba cerrar mis ojos
para verte sonreír.
Nada podía esperar a tu lado, sin miedos
sin compromisos, sin ataduras, la libertad
tocaba a mi puerta todos los días, sentía
que podía soñar.
Y aunque poco a poco, fui bajando de mí
nube, mis sueños se fueron endureciendo
y mi corazón se fue muriendo, es que
no entendía que ya estaba roto mucho
antes de conocerte, la paciencia se había desvanecido
y la tristeza, había usurpado la habitación de mis
recuerdos… nada podía darte, nada podía esperar.
Y abandone la ilusión de amarte, y cada caricia
quedo en un amague, cada beso fue guardado
en el baúl del pasado, y un nunca mas salió de mis labios
Esos que antes te habían besado, esos que conservaban
todavía el sabor de tus abrazos.
y cada mirada la fui acobijando en el rincón
de mis sueños rotos, y cada lagrima la fui enterrando en
el pasado de tu recuerdo… y el arrepentimiento me fue
consumiendo.
Hoy anhelo tus miradas, y tus palabras vuelven a mí
una y otra vez, y en mi alma quedara grabado
el sabor amargo de saber si alguna
vez pude haberte amado, el sabor amargo de saber
si alguna vez te olvidare… el sabor amargo de saber
que nunca mas te tendré.

No hay comentarios.: